martes, 11 de agosto de 2009

¡revolución heladita!

durante los últimos días la marca pepsi ha estado rondando mucho por mi cabeza. curiosamente esto sucede en un momento en el que estoy reduciendo su consumo para beneficio de su némesis, la intolerablemente simpática coca cola.

este repentino interés nació de dos campañas revolucionarias que he visto recientemente por tv.

la primera es de hace un par de semanas -que no he vuelto a ver, dicho sea de paso-. salió en espn y es una patada en el culo a la ortografía del marketing.













los argentinos, con ese sentido asesino del idioma que los destaca del resto de hispanoablantes, mandaron al sorete el nombre de la marca del cliente y usaron esta aberración para una campaña muy cómica. reconocieron un defecto idiomático -ojo, no exclusivamente argentino- y lo convirtieron en una fortaleza. maestros.

al siguiente crimen, sin embargo, no le auguro mucho éxito:



el nuevo logo no me convence. no encuentro la razón de cambiar un buen logo. ya antes, la marca había sufrido una crisis de imagen al sacar la olvidable campaña generaton next. en aquella oportunidad también se hizo un cambio en el logo que, aunque mínimo, redujo la popularidad que hasta entonces había ganado con el sabor de la nueva generación.

el cambio de logo esta vez sí es radical:

las clásicas letras mayúsculas que nos han acompañado desde los 70's han desaparecido. y si bien las nuevas fuentes son más limpias y atractivas, el cambio es demasiado drástico. creo que si le hubiesen puesto pecsi, el impacto sería menos negativo.

pero el mayor ultraje está en la variante que se ha hecho a la línea blanca ondulada que separaba los hemisferios rojo y azul. los dos nuevos hemisferios ya no se complementan simétricamente y esto le ha quitado al logo su mayor atarctivo: el equilibrio.


si los ejecutivos de pepsico querían futuro sólo tenían que acudir al mejor referente humano que hay de él. aquí una muestra:




pepsi. perfect.